miércoles, 12 de diciembre de 2012

Una Manyana en Madrid


                   
Madrid, cuando pensamos en Madrid nos viene a la cabeza esa ciudad en el centro de España que emana poder, para mucha gente es otro punto en el mapa sin importancia e incluso para algunos un infierno hecho de asfalto.
En los tiempos que Samuel vivía en Madrid era un poco de las tres. Os voy a contar uno de sus días. Ese día se levantó por la mañana para ir a trabajar, se vistió , preparó sus tostadas de aceite y ajo y su café, las olisqueaba un poco y se las comía y después  se temaba su café, todo excepto el último trago de la taza de café y después  salía hacia un  nuevo día, cada vez que esto pasaba se  encontraba al mismo barrendero pasar su escoba por la acera de la calle, también siempre estaba su vecina, una anciana con más arrugas que años regando las plantas de su terraza, siempre a la misma hora, y en la esquina de la calle donde vivía Samuel, estaba todos los días un negrito vendiendo periódicos que podías encontrar gratis dos calles más allá y el como un buenazo le compraba uno cada miércoles. Despues de pararse a pensar en esos tres ciudadanos, recordó que tenía una reunión importante en el centro de Madrid y que no quería llegar tarde.




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