martes, 2 de abril de 2013

UNA MAÑANA UN TANTO PERRUNA


La mañana del accidente Mario se levantó con un mal presentimiento, sabía que algo malo pasaría hoy, aunque no se podía imaginar que en esa preciosa mañana soleada donde no tenía que ir a trabajar terminaría en el quirófano.
Justo después de desayunar recibió una llamada de un amigo diciéndole que fuera a su casa a ver el partido de fútbol, que ya había quedado con los demás para ver el clásico. Entonces, Mario empezó a vestirse, poniéndose su camiseta del Real Madrid C.F. , la cual tenía el número y el nombre de su jugador favorito, Xabi Alonso.
Una vez que ya estaba listo fue a la tienda de al lado a comprar unas cervezas para el partido y se montó en el coche para empezar el trayecto de quince minutos hacia la casa de su amigo. Encendió la radio como siempre, puso la música a tope, abrió la ventanilla por donde asomaba su mano con el cigarro encendido y fue conduciendo mirando las montañas típicas de la sierra de Almería.
Casi estaba llegando ya a El Ejido, el pueblo donde vivía su amigo, cuando vió un perro cruzar la carretera justo delante de él. Él, creyéndose que le daba tiempo a frenar para no pillarlo, frenó en seco. No había visto que detrás suyo había una furgoneta que no se esperaba que frenara tan repentinamente, por lo que chocó por detrás con tal velocidad que el coche de Mario avanzó hasta golpearse con un árbol qu ehabía enfrente. No era muy grande por lo que terminó cayéndose encima del coche, golpeando a la vez la espalda de Mario. Lo primero que vió al despertarse fua a un hombre mayor, pero aún fuerte, y a una chica joven, no muy guapa pero muy atractiva.  En seguida, la chica al ver que abría los onos se lanzó hacía él dándole un beso de alegría, mientras que, el hombre salió al pasillo del hospital en el que se encontraban para avisar rápido a un médico de lo que acababa de pasar.
Cuando el médico entró en la habitación le informó de que estaba en un hospital, ya que había tenido un accidente en el coche,"¿Te acuerdas?"- le dijo.
  • No, lo último que recuerdo es que hoy es el clásico y que había quedado con Ramón para verlo. - Le contestó Mario mientras le temblaba un poco la voz y estaba confuso.
  • Vale, no te preocupes, suele pasar, todavía estas nervioso, poco a poco durante este día te irás acordando de las cosas. No te muevas mucho que tienes dos costillas rotas y te hemos tenido que dar puntos en el brazo y en la mano izquierda. Para cualquier cosas me avisáis, hasta luego.- Le informó el médico mientras salía de la habitación.
Media hora más tarde ya se acordaba de todo perfectamente y estaba más relajado, ya sabía que aquel hombre que estaba en la habitación era el conductor de la furgoneta que le dió, y que la chica era su novia.
Ahora mismo todo estaba perfecto, Mario se estaba recuperando correctamente, y además su novia se pasaba todo el día en el hospital para hacerle compañía y él todavía seguía conservando su trabajo en el restaurante después de tres días en el hospital.
Entró el médico en la sala con una sonrisa en la cara y dándole buenas noticias: ¡Ya podía volver a casa!
Mario se levantó de la camilla emocionado, por fin iba a estar en su propia casa, sin tener que llevar ese incómodo y ridículo vestido del hospital.
La novia le acompañó todo el camino a casa con cuidado de sus costillas, que todavía no estaban recuperadas del todo. Pero a mitad del camino, alguien más se incorporó a la pareja para hacerle compañía de camino a casa. Parecía mentira e increíble pero allí se encontraba el perro al que Mario había salvado la vida. Lo cogieron y lo llevaron consigo a su casa, ya que si el perro les había encontrado había sido porque quería darle las gracias a Mario. Una vez en su casa decidieron llamar al perro Xabi, por la camiseta que llevaba Mario en el día del accidente y les acompañó durante toda su relación.

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