La
mañana del accidente Mario se levantó con un mal presentimiento,
sabía que algo malo pasaría hoy, aunque no se podía imaginar que
en esa preciosa mañana soleada donde no tenía que ir a trabajar
terminaría en el quirófano.
Justo
después de desayunar recibió una llamada de un amigo diciéndole
que fuera a su casa a ver el partido de fútbol, que ya había
quedado con los demás para ver el clásico. Entonces, Mario empezó
a vestirse, poniéndose su camiseta del Real Madrid C.F. , la cual
tenía el número y el nombre de su jugador favorito, Xabi Alonso.
Una
vez que ya estaba listo fue a la tienda de al lado a comprar unas
cervezas para el partido y se montó en el coche para empezar el
trayecto de quince minutos hacia la casa de su amigo. Encendió la
radio como siempre, puso la música a tope, abrió la ventanilla por
donde asomaba su mano con el cigarro encendido y fue conduciendo
mirando las montañas típicas de la sierra de Almería.
Casi
estaba llegando ya a El Ejido, el pueblo donde vivía su amigo,
cuando vió un perro cruzar la carretera justo delante de él. Él,
creyéndose que le daba tiempo a frenar para no pillarlo, frenó en
seco. No había visto que detrás suyo había una furgoneta que no se
esperaba que frenara tan repentinamente, por lo que chocó por detrás
con tal velocidad que el coche de Mario avanzó hasta golpearse con
un árbol qu ehabía enfrente. No era muy grande por lo que terminó
cayéndose encima del coche, golpeando a la vez la espalda de Mario.
Lo primero que vió al despertarse fua a un hombre mayor, pero aún
fuerte, y a una chica joven, no muy guapa pero muy atractiva. En
seguida, la chica al ver que abría los onos se lanzó hacía él
dándole un beso de alegría, mientras que, el hombre salió al
pasillo del hospital en el que se encontraban para avisar rápido a
un médico de lo que acababa de pasar.
Cuando
el médico entró en la habitación le informó de que estaba en un
hospital, ya que había tenido un accidente en el coche,"¿Te
acuerdas?"- le dijo.
- No, lo último que recuerdo es que hoy es el clásico y que había quedado con Ramón para verlo. - Le contestó Mario mientras le temblaba un poco la voz y estaba confuso.
- Vale, no te preocupes, suele pasar, todavía estas nervioso, poco a poco durante este día te irás acordando de las cosas. No te muevas mucho que tienes dos costillas rotas y te hemos tenido que dar puntos en el brazo y en la mano izquierda. Para cualquier cosas me avisáis, hasta luego.- Le informó el médico mientras salía de la habitación.
Media
hora más tarde ya se acordaba de todo perfectamente y estaba más
relajado, ya sabía que aquel hombre que estaba en la habitación era
el conductor de la furgoneta que le dió, y que la chica era su
novia.
Ahora
mismo todo estaba perfecto, Mario se estaba recuperando
correctamente, y además su novia se pasaba todo el día en el
hospital para hacerle compañía y él todavía seguía conservando
su trabajo en el restaurante después de tres días en el hospital.
Entró
el médico en la sala con una sonrisa en la cara y dándole buenas
noticias: ¡Ya podía volver a casa!
Mario
se levantó de la camilla emocionado, por fin iba a estar en su
propia casa, sin tener que llevar ese incómodo y ridículo vestido
del hospital.
La
novia le acompañó todo el camino a casa con cuidado de sus
costillas, que todavía no estaban recuperadas del todo. Pero a mitad
del camino, alguien más se incorporó a la pareja para hacerle
compañía de camino a casa. Parecía mentira e increíble pero allí
se encontraba el perro al que Mario había salvado la vida. Lo
cogieron y lo llevaron consigo a su casa, ya que si el perro les
había encontrado había sido porque quería darle las gracias a
Mario. Una vez en su casa decidieron llamar al perro Xabi, por la
camiseta que llevaba Mario en el día del accidente y les acompañó
durante toda su relación.
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