miércoles, 26 de noviembre de 2014

AMISTAD SIN FRONTERAS

Esta es la historia de tres intimas amigas que decidieron empezar una nueva vida.
Un frío día de invierno llega un tren a la estación de Francia. Valeria, una pasajera del tren coge sus maletas  y llama a su amiga Katya para que la venga a recoger.
Katya, su amiga de la infancia se fue de Rusia cuando era muy pequeña porque su padre había encontrado un buen trabajo en Barcelona.  Ahora estudia derecho y tiene su propio piso en el Eixample. Es un piso pequeño pero acogedor y Valeria se instala en la habitación de invitados. Katya es muy acogedora y nada más llegar le prepara algo para comer y se pasan toda la tarde hablando del viaje.
Esa misma tarde un avión aterriza en Barcelona. En él viaja Vika, una joven con ganas de empezar su nueva vida. Llama a su prima Tania para que la acoja. Ella vive con su familia en un piso en el centro de la ciudad. Vivir con esa familia es horrible, pero no tiene a donde ir así que empieza a buscar trabajo.
Después de diez largas horas en autocar, Mercedes llega a Barcelona desde Valladolid. Su hermano, Santi, la recoge en la parada y la lleva a su piso, situado en la avenida Tibidabo. Es un piso grande y espacioso, con tres habitaciones. En una de ellas se instala Mercedes. Después de cenar comida japonesa Mercedes cae rendida en su cama.
Las tres chicas deciden buscar trabajo. Vika empieza a trabajar de asistenta en una familia. Vive con ellos y trabaja durante todo el día. Por la mañana se despierta temprano y va comprar el pan. Luego lleva a los niños al colegio y hace las tareas del hogar. Cuando los niños vuelven les hace la comida, los cuida durante la tarde, les da la cena y los lleva a la cama. Vika lo pasa muy mal en este trabajo, pero le permite tener un poco de dinero y cubre sus necesidades.
Mercedes empieza lavando platos en un restaurante, y al cabo de un mes le ascienden a camarera. Trabaja muchas horas, de las ocho de la mañana a las seis de la tarde. Está harta de este trabajo, pero no tiene alternativa  y necesita ganar dinero hasta encontrar un buen trabajo relacionado con sus estudios.
Valeria empieza a trabajar en uno de los pequeños bazares de su amiga Katya. No gana mucho dinero, pero puede permitirse alquilar un pequeño piso de tres habitaciones. Pronto pone un anuncio en internet para alquilar las dos habitaciones libres y dos días después le llega un correo de una chica que quiere alquilar una de las habitaciones. Su nombre es Vika, desesperada por encontrar un lugar donde vivir.
Vika deja su trabajo con esa familia y empieza a trabajar por horas en diferentes lugares. Se muda a su nuevo hogar y allí conoce a Valeria.
-Hola, soy Vika, ¡encantada! -Se dan dos besos-                      
-Hola yo soy Valeria, me alegro de que vengas a vivir aquí. Ven, te acompañaré a tu habitación.
Vika entra en su nueva habitación, dónde vivirá los próximos meses. La habitación es pequeña, pero acogedora. Tiene una cama doble en el centro. A su derecha hay un armario empotrado y a su izquierda un pequeño escritorio con cajones. Hay una ventana grande, pero las vistas dan a un callejón de la parte trasera del edificio. Vika se instala mientras Valeria prepara la cena.
Una hora más tarde, hacia las nueve de la noche Valeria llama a su puerta para avisar que la cena está lista. Se sientan en la mesa y charlan un poco:
-¿Porqué no me cuentas algo sobre ti? -pregunta Valeria para romper el hielo
-Está bien. Yo nací en un pueblo llamado Vinogradnoe, en Rusia. Antes de venir aquí vivía con mis padres y  mis cuatro hermanos. Vine aquí a Barcelona para cambiar de vida y tener otras ventajas, mi familia siempre me ha apoyado en esto.
-¿De verdad? Yo también soy rusa, ¡qué casualidad!
-Qué alegría habernos conocido, parece que tenemos mucho que contarnos…
Vika y Valeria pronto se hacen muy amigas. Lo hacen todo juntas y se lo cuentan todo. Este es el principio de una gran amistad.
Un mes después de su llegada Mercedes decide marcharse del piso de su hermano, porque está demasiado lejos de la ciudad. Buscando por internet encuentra el anuncio de una habitación en alquiler en el centro de la ciudad, cerca de su trabajo. No es gran cosa, pero no puede permitirse algo mejor, así que decide llamar a Valeria, la propietaria del anuncio.
-Hola, ¿quién es?
-Hola, soy Mercedes, llamo por un anuncio que he visto, quiero alquilar una habitación de tu piso.
-¡Ah! Hola Mercedes, encantada. ¿Así que estás interesada en mudarte aquí?
-Sí, no tengo dinero para pagarme un piso entero, pero me ha parecido una buena opción compartir piso.
-Muy bien, mi compañera y yo estamos de acuerdo en que vengas a vivir con nosotras, así que puedes venir cuándo te vaya bien.
-Perfecto, muchas gracias, seguramente vengo este fin de semana.
-Muy bien, adiós.
-Adiós.
Ese mismo sábado hace un día soleado. El sol se cuela por la ventana sucia y despierta a Vika. Hoy es el día en que Mercedes se va a mudar, Vika y Valeria están muy ilusionadas. Ambas recogen toda la casa y preparan un poco de café. Hacia las once, llaman a la puerta. Es Mercedes: llega con dos enormes maletas llenas de sus cosas. Todas se presentan, charlan un buen rato y se van conociendo. Mercedes les cuenta su vida:
-Nací en Tordesillas, un pueblo pequeño en Valladolid. Allí vivía con toda mi familia: mis hermanos, mis padres y mis abuelos. Siempre hemos sido una familia muy unida, pero decidí irme del pueblo para tener un futuro mejor, ya que allí no hay mucho trabajo. Ahora estoy trabajando de camarera para pagar mis gastos, pero ya he acabado mis estudios y estoy buscando un trabajo mejor.
-¿Y qué hay de vosotras? ¿Cuánto hace que vivís juntas?
-Pues hace un mes y poco, pero nos hemos hecho muy amigas, y estamos muy contentas de que hayas decidido venir a vivir con nosotras.
Una vez Mercedes se ha instalado en la habitación más pequeña, deciden ir a la playa juntas. Ninguna de ellas está acostumbrada a tener la playa tan cerca, pero les gusta tanto, que se quedan toda la mañana tomando el sol. Por la tarde dan un paseo por el Born y se toman unas tapas. Hablan de todo y lo pasan genial todas juntas. ¡No parece que se acaben de conocer!
Pasa un año, y las tres se siguen llevando muy bien. Un día llega una carta al piso. Es para Vika y ella no tiene idea de que puede ser, pero la abre. Es una oferta de un puesto de trabajo en El Prat de Llobregat. Le ofrecen ser gestora social, el trabajo que ella tenía en Rusia. Se pone muy contenta al ver la carta, ¡por fin va tener un buen trabajo! pero por otra parte, le da pena tener que dejar el piso, ya que El Prat de Llobregat le queda demasiado lejos de donde vive. Esa misma noche, les da la noticia a sus amigas:
-Chicas, tengo que contaros algo.
-¿Qué ocurre? -Pregunta Mercedes preocupada.
-¿Hay algún problema? -Pregunta Valeria
-No, pero me han ofrecido un trabajo.
-¡Qué bien! ¡Es una gran noticia! -exclama Mercedes
-¡Estamos muy contentas por ti! -añade Valeria
-Ya, pero... Hay un problema, este trabajo está lejos de aquí, y voy a tener que mudarme. No quiero que nos separemos.
-No te preocupes, tarde o temprano tendremos que vivir separadas, pero nunca vamos a perder el contacto. -la consuela Valeria
Mercedes aprovecha para contarles que se va a Estados Unidos para mejorar su inglés, y que volverá dentro de dos años. Todas se quedan en silencio. Saben que pronto tendrán que separarse, y cada una deberá seguir su camino, pero en el fondo, todas saben que siempre serán amigas, y podrán contar la una con la otra.
Un mes más tarde acompañan a Mercedes al aeropuerto. La despedida es muy dura, saben que no la volverán a ver en mucho tiempo, pero aún así están contentas por ella. De pronto una voz femenina anuncia con elegancia por el altavoz de la terminal que los pasajeros del vuelo B124 deben dirigirse hacia la puerta de embarque.
Mercedes rompe a llorar, y sus amigas tratan de consolarla:
-No te preocupes “Merce”, todo va a salir bien, nos volveremos a ver en cuando vuelvas en Navidad.
-¡Y no te olvides de llamarnos en cuanto llegues al aeropuerto de Nueva York! -Dice Valeria alegremente
-Venga va, ¡que vas a perder el vuelo!- añade Vika
Se dan un abrazo juntas y Mercedes se dirige a la puerta B21.
Las tres saben que sus caminos van a cruzarse de nuevo y que tarde o temprano volverán a pasar esos buenos tiempos juntas, porque la verdadera amistad es algo que dura para siempre.      

FIN.
Alex Cuñado, Julia Meyer y Laia Oriol

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