lunes, 24 de noviembre de 2014

Pau Homs, Marina Ros, Pol Montagut y Pau Gonzalez E3A

Un 9N internacional.

José María es un hombre alto, con un cuerpo estilizado y con una mentalidad muy clara.  Tiene los ojos azules. Había vuelto de Luisiana con el único propósito de mostrar su desacuerdo con el proceso catalán por la independencia. Si es bien también estaba en desacuerdo con el panorama político español, pues se puede decir que no era un amante de la política. No obstante, era consciente de la importancia del asunto,  que era suficiente para traerlo de nuevo a su ciudad de origen, Barcelona.
A Joaquín Ros, le importaba el futuro político de Cataluña, sobre todo porque tenía familia allí. Si es bien, quería un futuro mejor para sus parientes, no quería distanciarse de ellos. Joaquín es un hombre con el pelo negro, alto con  ojos marrones. Tiene 51 años. Así pues, cogió un avión desde Cartagena a Barcelona, para coger el coche que lo llevaría hasta el punto de participación. 
Rhys mide aproximadamente 1’90 metros, es muy delgado, y tiene la piel clara y el pelo castaño oscuro tirando hacia negro. Es un chico muy inteligente, ya que se ha sacado dos carreras, y le ha sido muy fácil encontrar trabajo. Él no tenía claro la hipotética independencia de Cataluña, ya que solo llevaba dos años viviendo en el país, después de vivir toda su vida en Inglaterra. Al llevar el tiempo suficiente para ser voluntario, decidió que era la manera más sensata de ayudar con el proceso.

Seydou es bajito y alegre. No era un día cualquiera para él. Era el 9 de Noviembre y razón de sobra para manifestar su nacionalidad recientemente catalana. Provenía del Camerún, de la parte pobre, siempre decía él, aunque todo el Camerún lo fuera. Salió a la calle, a su colegio más cercano para depositar su voto. Él tenía claro que la independencia era la solución.

Y los cuatro, con cuatro ideologías diferentes, se encontraron por casualidad en el mismo punto de participación.

Aquel era un día especial para ellos y para todos los que los rodeaban. Independientemente de lo que fuesen a votar toda esa gente, estaban felices. Estaban haciendo historia. Y es por eso que más de uno llevaba su cámara para registrar el momento. Y era tanta la euforia de algunos votantes e incluso de algunos voluntarios, que alguno de nuestros personajes se emocionó.

Pero aquella gente que estaba votando, solo iba a representar una minoría de entre la población catalana. ¿Y qué pasaba con el resto de población? Aquella mayoría se puede dividir en tres grupos: aquellos a los cuales no les importaba, sea por ignorancia o por indiferencia; aquellos que no apoyan al consulta y los que no solo no apoyan la consulta sino que quieren acabar con ella. Aquel último grupo podía resultar peligroso. Y por mala suerte, se iban a topar con un grupo de gente como esa.

Fue justo cuando Seydou, el que iba en cabeza de entre los cuatro, se disponía a acercar su documento nacional de identidad a Rhys, quien custodiaba la mesa electoral, que entraron. Eran tres jóvenes, de unos veinte años que se acercaban a la mesa apartando la gente de la cola. Eran personas con un físico imponente, así que nadie mostraba demasiado explícitamente su desacuerdo con ese grupo de radicales.

Y es por eso, que en su camino hacia la urna se impuso Seydou, que no llevaba un buen rato a la cola para que unos fachas vinieran a tumbar a la urna.

-¿Cómo os atrevéis a impedir que el pueblo manifieste su opinión?- Dijo Seydou, causando mofas entre el grupo de radicales.

-¡Aparta trozo de escoria! No queremos liarnos a puñetazos.- Dijo uno de los radicales, aparentemente el líder, ya que llevaba un bandera española con el escudo constitucional como a capa, dando una imagen de Superman-villano decadente.

-No te metas un demócrata más.-Añadió Joaquín, involucrándose en la pelea- Te estas metiendo con dos millones de catalanes.

Entonces los radicales hicieron un intento de empujón para marcar terreno, el cual alertó a José María y a Rhys, Que sin estar demasiado de acuerdo con ninguna de las causas pero se añadieron para calmar la situación. Fue en entonces cuando la cosa parecía ponerse más tensa.

-Apartad por vuestro bien.- Advirtió uno de los radicales al ver que empezaban a perder el control sobre la situación. Al ver la negativa de nuestros cuatro protagonistas, decidieron embestir contra ellos. Y lo hicieron.

Fue entonces, cuando detrás de los radicales, aparecieron una pareja de policías, alertados de la situación por una mujer, que quiso ayudar a la causa anónimamente. Aquellos se acercaron alarmados hacia los radicales, los cuales, al verlos, se entregaron sin ofrecer demasiada resistencia. Los radicales fueron retenidos en la calle, mientras esperaban el coche de la guardia urbana, que llegaría pocos minutos después.

Mientras tanto, nuestros protagonistas pudieron expresar sus opiniones tan adversas sin ningún otro impedimento. Seydou votó sí sí, para activar la economía de su restaurante; Joaquín votó si no  para no alejarse demasiado de su familia; José María se decantó por el no, por su poca confianza en Cataluña; y Rhys, al final se decantó por el sí sí por presión popular.

No volvieron a saber sobre esos radicales, lo cual a más de uno le picó la curiosidad, pero no dejó de resultar una buena noticia. Todo quedó en una anectoda para contar a la familia, cuando volvieran a visitarla.




Pau Homs, Marina Ros, Pol Montagut y Pau Gonzalez.

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