miércoles, 26 de noviembre de 2014

HISTORIAS DE UN CAFÉ DE BARCELONA


  
Estaba sentado en un taburete en el bar, le dí un trago a mi cerveza y una ojeada al reloj. Llegaban tarde, ya me parecía normal en Celso, que llegaba siempre tarde, pero de Luís y Julia no me lo esperaba. Eché otra ojeada al reloj ¡Las cinco y media! ¿Donde estarán los condenados? Le di un segundo trago a la cerveza y, por el rabillo del ojo vi acercarse a Julia:
-         Hombre Julia, ¿como va todo?¡
-         Muy bien Jules , lo siento, he llegado un poco tarde, he tenido que salir tarde de la redacción ¡Hoy ha sido un dia de perros!,
-         No te preocupes mujer, acabo de llegar.
-          ¡Ja!, ¡Ja! Mientes muy mal, la cerveza la llevas ya por la mitad. Por cierto ¿Aún no han llegado Celso y Luís?
Entonces noté unas manos que me agarraban por los hombros, me volví y vi Luis sonriente:
-         ¡Dios! ¡Que susto Luis!
-         __Hombre no hay para tanto!
-         Mirad por allí viene Celso.
Celso dejó el abrigo colgado de la percha y se acercó a nosotros:
-         Hombre Celso, te veo bien, ¿Que frio hace hoy no? -dijo Jules
-         Tampoco tanto, la verdad es que en Galicia se notaba más el frío, pero claro, a ti no te faltan razones para quejarte del frío, ¿Eras del Camerún no?
-         Lo era y aún lo soy- respondió Jules
-         Claro que sí, no podemos cambiar nuestro lugar de origen -dijo Celso
-         Y entonces Jules... ¿Por qué viniste aquí?-le pregunté.
-         A ver… la principal razón fue el trabajo, pero, la historia es larga…-respondió Jules.
-         Tenemos todo el tiempo del mundo. - dijo Luís mientras Julia se pedía una copa.
-         Está bien Luís- Jules se acomodó en una silla y empezó a relatar su historia:
Bueno… yo salí de mi país Camerún para seguir con mis estudios, porque aquí en España veía mas oportunidades y por eso emigré. Aquí en España tenía a mi tío, hermano de mi madre, fallecida de cáncer. Él me ayudó a buscar universidades para seguir estudiando y tuve suerte y estudie política, pero cuando acabé no tuve oportunidades para trabajar de polítio y tuve que probar nuevas cosas. Mi tío me metió en su trabajo, que era una carpintería. Un día fui a una discoteca y conocí a la que es la mujer de mis sueños, y nos fuimos a vivir juntos. A continuación me echaron de mi trabajo como carpintero pero rápidamente encontré otro.
 Me casé con mi mujer. Después de tres meses de habernos casado mi mujer estaba embarazada de un niño que nació el 21 de Abril de 1999. Al cabo de unos años tuve mi segundo hijo, y vivimos todos juntos en un piso, aquí en Barcelona y bueno, eso es todo. Y tu Celso, eres de Galicia, ¿No?
-          La verdad sea dicha -respondió Celso- emigré de Galícia a Barcelona principalmente porque quería ver mundo y conocer otros sitios. Cuando llegué me detuvieron porque no tenía contrato de trabajo. Pero, como todo en la vida, le encontré solución, y ahora como bien sabeis, trabajo aquí, en Barcelona, como carpintero. Vivo en una pensión con 13 compañeros, 11 gallegos, uno de Huesca y uno catalán. A los 18 me fui a Huesca a hacer el servicio militar. Luego fui a Francia. No me gustó nada así que volví a Galicia y allí me casé. Después de un año en Galicia volví aquí, a Barcelona, y estoy pensando que Holanda podría ser mi siguiente destino. Me gustaría visitar otros sitios como La Rioja. Luis, tu eres de La Rioja, ¿No?
-         Pues si -respondió Luis- ¿Queréis que os cuente mi historia?- Todos asintieron con la cabeza 
-         A ver, ¿Por dónde empiezo?- dijo Luis 
-         ¡Por el principio siempre!- dijo Julia. 
-         Pues, yo, como muy bien has dicho, Celso, soy de La Rioja, de Logroño concretamente- explicó Luis- Nací allí y vivía en un piso con mi madre, mi padre y mis dos hermanos. Yo era el mediano. Estuve estudiando allí para poder llegar a ser juez, que es lo que me gustaba en ese momento, y me sigue apasionando hasta hoy en día. Me ofrecieron un trabajo en Barcelona y decidí irme a trabajar allí, aunque no sabía catalán y tenía que dejar a mi familia. En Barcelona todo me fue muy bien, y formé una nueva familia. Así que ahora estoy en Barcelona, pero en un futuro me gustaría volver a La Rioja. Ya que estamos todos contando nuestra historia, Julia, ¿De donde eres?- preguntó Luis.
-         Bueno -respondió Julia- pues yo soy de Cogollos, un pueblecito muy cerca de Burgos, a unas 2 horas de Madrid más o menos. Aun me acuerdo del día que, con mi hermano Toñin, lo dejamos todo, la casa, familiares, muebles, todo allí, y cogimos el autobús que nos llevaba a Burgos. De allí cogimos el tren a las 9 de la mañana que nos llevaría a nuestro destino, Calella de Mar, en Catalunya. En Calella ya estaban mis otros 4 hermanos: Félix, Ángel, Pedro y Manolo, que trabajaban en una fábrica textil de la zona, en la misma que empecé yo a trabajar. Al principio me parecía entretenido, pero en pocas semanas me cansé de coser y coser, así que me busqué otro trabajo también por la zona, y cómo en esos tiempos las ofertas de trabajo eran tan abundantes, no me costó encontrar otro, de dependienta en una agencia de viajes. Ese trabajo me gustó mucho, ya que empecé en verano y entonces había mucha gente que viajaba. A finales del año, la cola de gente que quería viajar era cada día más pequeña, hasta que ya nadie quería viajar hasta las siguientes vacaciones de verano. Entonces, tantas horas sentada en una silla sin atender a nadie, se me hizo tan pesado que decidí volver a buscar trabajo. Dos días después de mandar curriculums a casi todo el mundo me llegó una oferta para escribir en un diario de Barcelona, y sin pensarlo dos veces, vine y hasta el día de hoy, que sigo trabajando aquí. Y nada,  que estoy muy contenta de haber llegado hasta aquí, ya que en el pueblo solo hubiese tenido el trabajo duro del campo y sin sueldo fijo.
-         ¿Que historias mas variadas y diferentes, no creéis?- dijo Celso
-         La verdad es que sí, cada uno con su pasado especial, todos con distintas raíces y ¡Aun así encajamos muy bien!- dijo Luís.
-         Me tendría que ir chicos, que tengo que acabar varias cosas de trabajo y entre historia e historia se nos a ido el tiempo volando-dijo Julia levantándose de la mesa

Se fueron yendo a casa uno a uno y el ultimo que quedo fue Jules, sentado en el taburete del bar, con el vaso de cerveza vació en la mano, pensando en la suerte que había tenido de conocer distintas culturas, gente diferente, muchas lenguas variadas y diferentes maneras de afrontar la vida.



Aitana Martínez, Pau Orive, Iu Pereira y Aleix Mboule

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