Me encontraba sola, en mi cuarto, ya que parecía que toda la gente que se encontraba a mi alrededor estaba contra mí. Lo peor no es el estar sola e incómoda, sino que al aburrirme demasiado no me quedaba otra que pensar, pensar en lo ocurrido, y en todo lo que de repente, en una simple y la que parecía una aburrida mañana ha cambiado. Ahora se acerca mi peor pesadilla, el castigo, que conlleva un sentimiento casi inevitable en estos casos, el hastío. Ese sentimiento de vacío, que te hace parecer tan pequeño y tan poco valorado en este gran mundo. Solo él es capaz de hacerte sentir así, en momentos donde no tienes nada, ni a nadie.
Lo peor no es pasar una noche que lo único que te produce es tedio, aunque todo el mundo sabe lo insoportable que es no tener sueño, y estar dando vueltas en la cama para ver si así se soluciona algo, aunque llega un momento que sabes que eso no parará tu aburrimiento, seguirás bostezando sin parar, pensando en lo ocurrido y mostrando indiferencia ante todo aquello. Pero os puedo asegurar que esto de aburrirse por la noche no es lo peor, ya que sabes que todos tus amigos están en sus respectivas casas, durmiendo, lo peor es cuando sabes que ellos están allí, fuera, hablando, riéndose y probablemente comentando mi increíble e inesperada historia.
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